Cuando le preguntaron a la Sra. Susana Villarán –actual alcalde de Lima- al llegar a 100 días gestión muni cipal: ¿Por qué es que Lima nos despega? Respondió “existen muchas razones, pero entre ellas la complejidad de los problemas de la ciudad no permiten avizorar soluciones inmediatas”. Esa respuesta refleja la poca capacidad para el cargo y posiblemente la improvisación de acceso al sillón de Pizarro. Inmediatamente muchos pensaron que a la ciudad le aguarda lo peor. No hemos tenido la oportunidad de plantearle la misma pregunta al Sr. Hugo Najarro -actual alcalde de Huaccana- pero intuimos que su respuesta puede ir en ese camino. Sucede con el 87% de nóveles alcaldes que por primera vez accedieron a cargos públicos; según fuentes de la misma Asociación de Alcaldes Municipales del Perú cuyo presidente es el Ingº César Acuña –reelecto alcalde de Trujillo-.
La decisión de gestionar una ciudad, un distrito, una provincia y ni hablar de una región; no radica en flanquear el servicio hacia nuevos frentes. Tomaría medio periodo de tiempo en reconocer la efectividad del impacto y sobretodo el acierto de la estrategia por atender problemáticas locales pero de efecto nacional. De allí que muchos alcaldes buscan reelegirse en sus cargos so pretexto del corto periodo de tiempos y la distracción enorme en problemas menores. Como ya viene circulando en el imaginario limeño “le quedó grande el cargo a la tía Susana”; “No, no votaremos por ella si quiere reelegirse”. Lima no es Huaccana ciertamente, pero las personas, sus funciones y obligaciones, son las mismas. El deseo airoso de los vecinos y específicamente los electores; más allá de un buen gobierno municipal supone la convocatoria a las fuerzas dinámicas que potencien la gestión. Áreas como infraestructura, transporte, seguridad, salud y educación no pueden ser postergadas nuevamente. Es absurdo pensar que solo el turismo y la ecología nos darán dividendos de imagen y aparente desarrollo. Así Huaccana aspire concentrar turistas en sus fiestas tradicionales no está preparada para satisfacer la demanda turística. La infraestructura hotelera es deficiente y no brinda seguridad en el servicio. Más aún dudamos que la inversión privada apueste por nuevos retos comerciales en regiones con alta ideología reaccionaria carente de vías de comunicación y de fácil acceso. Las personas pasan y los cargos quedan; sin embargo de ellas podrán reconocerse en el tiempo sus obras que hablarán por sí solas. Esperemos que Huaccana no transite por el mismo círculo vicioso del maquillaje político reinaugurando obras de poca importancia estratégica al igual que en gestiones pasadas. Entramos a los 26 años de creación política; a los 50 años de creación de la única Asociación de Ex Alumnos de Huaccana; y por supuesto a los 142 días de periodo municipal. Es posible recuperar los pasos perdidos retomando la contribución de todos los vecinos: incluidos los residentes de la ciudad capital y del extranjero que hasta ahora quieren conocer a su alcalde. Hagamos que Huaccana, sea verdaderamente de todos y para todos. ¡Feliz Aniversario Huaccana!
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